El Institut d’Estudis Catalans ha añadido 14 palabras nuevas al DIEC2 y ha modificado las definiciones de otras 17 ya existentes
En tiempos de “modernidad líquida”, como definía el sociólogo Zygmunt Bauman el actual momento de la historia humana, a los sólidos diccionarios tradicionales les toca actualizarse. En esa mejora constante andaban enfrascados en los últimos meses los miembros de la Secció Filològica del Institut d’Estudis Catalans, trabajando para incluir 14 palabras nuevas referentes al léxico LGTBI y modificar otras 17 ya existentes en su Diccionari de la llengua catalana (DIEC2).
El documento aprobado el pasado 18 de septiembre y presentado este martes en rueda de prensa partía de la propuesta que el colectivo LGTBI Castelló hizo llegar a la academia en diciembre de 2018 y en el que proponía la incorporación de nuevas palabras y la modificación de algunas ya existentes.
Entre los vocablos que entran a formar parte del DIEC2 se encuentran bifòbia, cisfòbia, cissexual, heterofòbia, interfòbia, intersexual, lesbofòbia, monosexual, transfòbia o transgènere. La mayoría forman ya parte del vocabulario habitual de muchas personas, aunque aún no estaban incluidas en el diccionario.
Las nuevas palabras, que ya aparecen desde este mismo martes en la versión online, han sido “estudiadas y trabajadas según los criterios lexicográficos del DIEC2”. Entre ellas, sorprende la aparición de hasta seis voces que indican aversión. “Por desgracia, en todo este ámbito, como ya destacaba la documentación aportada por LGTBI Castelló, hay muchas fobias”, afirmaba en rueda de prensa Magí Camps, miembro de la Secció Filològica del IEC.
Desde 2018
La Secció Filològica del IEC ha trabajado a partir de la documentación aportada por el colectivo LGTBI Castelló
El Institut d’Estudis Catalans ha querido, además, modificar algunas voces que ya tenía incluidas. En varias de estas palabras ha introducido el importante matiz de que se usan con finalidades “despectivas” y que su uso está “en recesión”. Entre estas destacan bardaix, doneta, faldilletes, gallimarsot, hermafrodita o marieta. También se han pulido las definiciones de amanerat -ada, bisexual, efeminat -ada, heterosexual, invertit -ida, monofòbia, transexual y transsexualitat.
La doctora Maria Teresa Cabré, presidenta de la Secció Filològica, ha señalado que muchas de las voces añadidas “no estaban en el Diccionari porque la sociedad ha tenido un pensamiento monocolor durante mucho tiempo, pero ahora había que recogerlas porque ya son de uso frecuente y están ampliamente aceptadas”.
“Hemos evaluado la creación de genéricos, la construcción de denominaciones para patrones que antes no teníamos, marcar distancia entre las características físicas y los sentimientos y la autopercepción, ademas de usar etiquetas para indicar a los hablantes que corren el riesgo de ofender a otras personas si usan ciertas palabras”, ha concluido.