CASTELLÓ. La Federación Estatal de Gais, Lesbianas, Trans y Bisexuales (FELGTB), de la que Castelló LGTBI forma parte, la entidad de derechos humanos OutRight Action International e ILGA Europa, entidad referente a nivel internacional a la que pertenece FELGTB, alertan de la situación de “especial vulnerabilidad” en la que se encuentran muchas personas del colectivo LGTBI como consecuencia de la crisis del COVID-19 puesto que “el confinamiento y la privación temporal de libertad agrava las discriminaciones ya existentes”.
En este sentido, apuntan que, con 90 países en cuarentena y casi 4.000 millones de personas refugiándose en casa de la pandemia, las personas LGBTI experimentan en la actualidad un mayor riesgo de violencia doméstica (intragénero o la sufrida por jóvenes confinados con familias LGTBIfóbicas), un mayor aislamiento, sobre todo las personas mayores, y una mayor precariedad económica, en muchos casos, derivada de discriminaciones previas que las empujaron a actividades no reguladas, a la vez que sufren una disminución de recursos, puesto que las propias organizaciones LGBTI que ya trabajaban precariamente y luchan ahora por su supervivencia financiera.
Según explican estas entidades, las personas LGTBI sufren en general “niveles más altos de violencia, exclusión y privación de derechos debido al estigma, la discriminación y la criminalización de su realidad en muchos países del mundo, lo que las sitúa en una situación de vulnerabilidad mayor”. Asimismo, recuerdan la problemática a la que se enfrentan muchas familias LGTBI ante los cierres de fronteras, puesto que determinados documentos emitidos en un país, como certificados de matrimonio, filiaciones y certificados de identidad de género, pueden no ser reconocidos en otro.
Además, las entidades ponen de manifiesto que “los altos niveles de estigmatización y discriminación de los servicios de salud han apartado a las personas trans e intersex de los sistemas sanitarios durante años”, lo que puede generar retrasos a la hora de buscar atención médica cuando se precise. Del mismo modo, alertan sobre “las interrupciones en el acceso a determinados tratamientos imprescindibles para las personas LGTBI”, como la medicación relacionada con el VIH o la terapia hormonal, que se están produciendo en la actualidad en muchos países como consecuencia del colapso de los sistemas sanitarios por la crisis del COVID-19.
Igualmente, estos organismos denuncian la situación de millones de personas refugiadas, incluidas las personas LGTBI solicitantes de asilo, que se encuentran en campos de refugiados con condiciones sanitarias e higiénicas propensas a la propagación del virus. Las personas LGTBI que conviven en estos centros se encuentran, además, a menudo “sin espacios seguros y expuestos a la LGTBIfobia por la que huyeron de sus países de origen”.
Por otra parte, las entidades muestran su preocupación por los abusos de poder cometidos por determinados estados como Turquía, Polonia, Uganda y Filipinas, donde las primeras investigaciones revelan que se está aprovechando la implantación de medidas para controlar la pandemia para mermar los derechos de la población LGTBI, así como la proliferación de los discursos de odio en países como Ucrania, Kenia, Ghana, Rusia o los Estados Unidos, entre otros, en los que, generalmente, líderes religiosos conservadores, relacionan directamente la crisis sanitaria con las personas LGTBI.
Legislación como garantía de derechos
Con motivo del Día Internacional contra el LGTBIfóbia, ILGA Europa ha presentado su informe anual 2019 sobre la situación de las personas LGTBI en Europa. Según esta investigación, prácticamente la mitad de los países europeos (49%) se ha estancado en materia de derechos LGTBI sin que se produzca en ellos ningún tipo de avance desde el año anterior.
Sin embargo, tal y como defiende la copresidenta de la Junta Ejecutiva de ILGA-Europa, Darienne Flemington, “es precisamente ahora cuando los gobiernos deben mantenerse firmes en el estado de derecho y los derechos humanos”. Y es que, tal y como explica la directora ejecutiva de ILGA-Europa, Evelyne Paradis, “esta emergencia de salud pública convive con una crisis de desigualdad estructural que provoca que las personas vulnerables sufran mayores riesgos. Ante la situación actual, las personas LGTBI y otras poblaciones vulnerables solo tendrán las leyes como escudo, por lo que ahora es más importante que nunca que los gobiernos garanticen sus derechos a través de las legislaciones”.
En este sentido, la presidenta de FELGTB, Uge Sangil, recuerda que España sigue sin una legislación estatal que garantice los derechos de las personas LGTBI. “Las personas trans siguen sin ver reconocida la autodeterminación del género, lo que dificulta su acceso al mercado laboral y, en situación de emergencia, a determinados recursos de ayuda. La violencia intragénero sigue siendo una gran desconocida para nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad, los menores siguen expuestos al acoso y al ciberacoso sin protocolos, ni formación en sus escuelas y las parejas de mujeres siguen sin poder filiar a sus descendientes sin estar casadas, discriminación que se ha agravado durante confinamiento cuando los registros suspendieron las uniones matrimoniales”, denuncia.
Por todo esto, y “para evitar discriminaciones y riesgos en situaciones de crisis como la que estamos viviendo”, reclama que se apruebe “una ley estatal que iguale los derechos de las personas trans y LGB a los del resto de la población”.
España ha ascendido en el ránking de ILGA a la sexta posición desde la undécima que ocupó en la edición de 2018, sin embargo, la presidenta de FELGTB explica que no es motivo de celebración. “Hemos subido en el ránking gracias a la sentencia del Tribunal Supremo que permitió el acceso al cambio registral de género a los menores trans, lo cual fue una buena noticia, pero las personas LGTBI no podemos depender exclusivamente de sentencias judiciales, necesitamos una legislación estatal que iguale nuestros derechos independientemente del territorio en el que residamos”, asegura.
LGTBIfobia en Castelló
Castelló LGTBI dispensa el servicio ‘Brúixola de Colors’, un servicio gratuito, confidencial y abierto de orientación, acompañamiento, asesoramiento y apoyo dirigido a la población LGTBI, así como a sus familias y personas allegadas de nuestra provincia. Además, el proyecto se concibe para dar un servicio basado en la atención entre iguales y está funcionando de forma telemática desde el inicio del confinamiento.
Según indican, en los últimos meses se ha pasado de tener una media de 20 consultas semanales a tener cerca de 50. La mayoría tienen su origen en la soledad y el confinamiento (un 63% de las consultas), y en un gran número de casos estos solo necesitan hablar con alguien, tener una vía de escape para desahogarse y ser atendidos. El resto de consultas corresponden en un 26% a temas de salud sexual, un 5% a temas de asilo e inmigración, un 3% a ciberacoso y un 3% por otras razones.
La forma de ponerse en contacto con el servicio es en su mayoría a través de mensajes directos a sus redes sociales (64%) seguido de las llamadas telefónicas (19%), el mail (15%) y los contactados por petición de personas conocidas (2%). Así mismo, sus impulsoras destacan que un 9% de las atenciones son de gente de fuera de la provincia.
En este sentido, la presidenta de Castelló LGTBI, Pastora de Florencio, recuerda que la LGTBIfobia se ha agravado el último año. “Desde que VOX entró en las instituciones, generan desde sus altavoces institucionales un discurso de odio LGTBIfobico que poco a poco llega a la gente. Bastante de las consultas son motivadas por la presencia de discursos de odio en las conversaciones con amistades y compañeros de trabajo, esto genera un retorno al armario y a tener miedo de nuevo por tener una orientación sexual, una expresión de género o una identidad de género no normativas”, explica.
Además, la presidenta de Castelló LGTBI asegura que Castellón “siempre ha sido aparentemente muy inclusiva, pero también ha existido una LGTBIfobia que podríamos clasificar de baja intensidad. Una LGTBIfobia que no es visible, pero no por ello menos peligrosa y sobre todo una LGTBIfobia interiorizada brutal. Una provincia donde el sexilio, el hecho de autoexiliarse a grandes ciudades para sentirse sexualmente libres ha sido la norma para las personas LGTBI”.