Desde esas benditas periferias te escribo, desde esas benditas periferias te echo de menos, te reclamo, te llamo a gritos desde lo más profundo de mis entrañas, para recuperar nuestro espacio, las calles, las esquinas, los oscuros tugurios dónde alzábamos la voz para sentirnos libres, aún siquiera un segundo, para después ocupar nuestro sitio, a base de bofetadas, pedradas, dolor, lucha y sufrimiento. Nos regalaste querida Shangay Lily, las calles, nuestras orgullosas y libres calles, esas que después nos usurpó las garras del capitalismo pintado de rosa, del gaypitalismo, como tú lo denominaste y que denuncias en tu valiente libro “Adiós, Chueca. Memorias del gaypitalismo. La creación de la ‘marca gay’”(ed. Akal/Foca). Tu legado de lucha, un libro esencial.

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