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«Y fueron felices y comieron perdices». Así acaban los cuentos populares que relatan las bodas y las uniones entre parejas, no se sabe si del mismo sexo o de distinto. No obstante la atípica unión entre Lucía y Carmen, que se produjo en una parroquia de Onda a finales de julio, no ha acabado de forma tan feliz. El cura que ofició este acto, que ha definido como «bendición de amor» entre las féminas que días antes se casaron por lo civil, ya ha tenido que pedir perdón tras la reprobación del Obispado Segorbe-Castellón, que ha calificado su acción como un acto que «contradice gravemente la doctrina de la Iglesia». El Obispado de Segorbe-Castellón ha iniciado un proceso informativo con el objetivo de determinar si es necesario imponer medidas disciplinarias al párroco.
Por su parte, las contrayentes, que siguen casadas por lo civil, se han visto expuestas a una gran presión mediática, convirtiéndose esta celebración en un punto de interés informativo tras su aparición en un medio de comunicación digital.
La reacción del colectivo LGTBI no se ha hecho esperar. Desde el Colectiu per la Diversitat Afectiu-Sexual Castelló LGTBI Castelló se ha valorado la actuación del cura de Onda de forma muy positiva. «Hemos recibido la decisión del sacerdote de Onda muy bien», han asegurado miembros de la Ejecutiva, precisando que «nos parece perfecto que un cura esté intentando cambiar la Iglesia y aproximarse a todos, porque se supone que Dios quiere a todo el mundo».
De igual manera el Colectiu per la Diversitat Afectiu-Sexual Castelló LGTBI ha calificado la amonestación realizada al sacerdote por parte del Obispado Segorbe-Castellón indicando que «es un problema de la Iglesia, son sus normas y eso no nos preocupa». A juicio de los representantes de LGTBI Castellón, en relación a la justificación que realiza el Obispo Casimiro López sobre la doctrina de la Iglesia y la directriz del Papa Francisco se deja constancia de que «en este sentido el Papa Francisco es más abierto, pero dentro de la intolerancia».
Integrantes de LGTBI Castellón subrayan en este sentido la recepción papal hace poco más de un año del transexual español Diego Neira, autor de ‘El despiste de Dios’.
Y es que en opinión de los responsables del colectivo castellonense de LGTBI «El máximo representante de la Iglesia Católica debería haber censurado al arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien a mediados de agosto equiparó al colectivo LGTBI con el imperio nazi. «Si el Papa fuera tan abierto ya debería haber censurado las palabras de Cañizares, que expresan el odio que profesa a nuestro colectivo», asegura desde LGTBI, anunciando que junto a otros colectivos LGTBI de la Comunidad volverán a denunciar durante el mes de septiembre a Cañizares ante la Fiscalía por lo que ellos consideran un delito de odio.
Recordar que Cañizares ya fue objeto de una denuncia en mayo cuando LGTBI, junto a más de medio centenar de entidades cívicas, solicitaron de Fiscalía que investigara al arzobispo por un presunto delito de odio contra homosexuales y mujeres por sus palabras contra el «imperio gay» e «ideología de género».